En Filosofía
laxismo
laxismo
En filosofía, el término «laxismo» se refiere a una corriente ética o moral que adopta una postura indulgente o permisiva frente a la moralidad y las normas morales. El laxismo propone una actitud relajada o laxa en la aplicación de los principios morales y tiende a justificar o tolerar comportamientos que podrían considerarse moralmente incorrectos.
El laxismo se basa en la idea de que la moralidad es subjetiva y relativa, y que no existen normas morales absolutas. Desde esta perspectiva, se argumenta que cada individuo tiene derecho a tomar sus propias decisiones morales y que no hay un conjunto universal de reglas morales que deban seguirse de manera estricta.
Esta postura puede manifestarse en diversos ámbitos, como la ética personal, la política, la religión o la conducta social. Por ejemplo, en el ámbito de la ética sexual, el laxismo podría justificar o permitir comportamientos considerados moralmente inapropiados, como la promiscuidad sexual o la infidelidad, argumentando que cada individuo tiene la libertad de decidir sobre su vida sexual.
Es importante tener en cuenta que el laxismo ético ha sido objeto de críticas por parte de otras corrientes éticas que defienden principios más estrictos y universales. Estas críticas argumentan que el laxismo puede conducir a la falta de responsabilidad moral y a la justificación de acciones moralmente cuestionables.
En resumen, el laxismo en filosofía se refiere a una postura ética o moral indulgente y permisiva que adopta una actitud relajada en la aplicación de los principios morales. Defiende la idea de que la moralidad es subjetiva y relativa, y tiende a tolerar o justificar comportamientos moralmente cuestionables. Sin embargo, esta postura ética ha sido objeto de críticas debido a su falta de rigor y responsabilidad moral.